Petróleo

Leía de la pluma de Chomsky que los Estados Unidos (Su Gobierno) han colado a la prensa noticias sobre el desarrollo de una nueva y eficaz tecnología que  permitiría sacar especial provecho a las reservas naturales de energía fósil en ese país. Entre los pocos detalles que ofrece el intelectual del MIT sobre esta nueva estrategia científico tecnológica estadounidense, destaca que la propaganda de ese país se ufana de contar dentro de poco con la garantía de la independencia energética de los Estados Unidos por 100 años, por lo menos.

Chomsky cuestiona que no se revela el impacto ambiental de esto. Deja entrever el profesor del MIT que -conociendo la política estadounidense en materia ecológica- se prodría presumir de un proyecto cuyos costos para el planeta y -ergo- para la la humanidad y el resto de las especies sería lamentable.

Esta noticia tiene más de tres meses y seguro habría llegado a oídos de los operadores políticos y económicos que se reunieron hace un par de semanas en Ginebra para definir las cuotas de participación de nuestros países en el mercado del crudo dentro de la OPEP. Quizás manejaban el dato y por eso decidieron mantener las cuotas de participación aún cuando los precios del barril de petróleo han venido descendiendo durante las últimas semanas alcanzando números del año 2008. ¿Darían crédito a las informaciones surgidas en la tierra de Tío Sam?

No sabemos, pero, ¿Por qué conservar las cifras de producción, por qué mantenernos en esos 30 mil millones de barriles por día cuando incluso las reservas anunciadas por el Departamento de Energía de Estados Unidos hablaban de una recuperación en los inventarios norteños?, me atrevería a afirmar que es una respuesta automática, simple y que obedece a la sumisión abyecta de ciertos liderazgos dentro de la OPEP para con Estados Unidos y la Unión Europea.

Si bien la entrada en vigencia de las sanciones de este bloque -también atado de modo genuflexo a las políticas norteamericanas- contra Irán pueden crear desequilibrios en el desarrollo del mercado de las energías fósiles, especialmente en materia petrolera, la tendencia a la caída de los precios se mantendrá en tanto Estados Unidos prosiga jactándose de su nuevo plan de autoabastecimiento energético y sus supuestas reservas en vigor.
Pero, ¿Por qué pasa esto?. No es nada nuevo. Ya en los 60 y 70, ante la fuerza que cobraba la OPEP y su política de cuotas y precios, la potencia del norte (hoy en bajo el impacto de una notable crisis sistémica del modelo de producción capitalista) emprendía grandiosas y costosísimas campañas donde alardeaba de haber encontrado la piedra filosófal de las energías alternativas para así provocar una caída notable de los precios del crudo. Lo lograban, pero cuando las noticias se diluían y caían en el olvido, los precios se recuperaban y los mercados especulativos volvían a su sádica normalidad. Ni hidrógeno, ni electricidad, ni etanol, todo era un bluff: nada podía sustituir al petróleo y sus derivados como fuentes constantes y seguras de energía para mover a un mundo tan dependiente.

Lo cierto es que muchas veces, mientras la mentira copaba titulares de la influyente Gran Prensa Mundial, y temiendo que el petróleo se les "quedara frío" bajo la corteza terrestre, muchos países elevaron sus cuotas de producción; y junto a la presencia también de los volumenes de los productores extra-OPEP, se producían siempre caídas significativas de los precios. 

Es ésa una fórmula que pareciera estar repitiéndose ahora: Ya no son los presuntos automóvils futuristas que funcionan con desperdicios, sino las maravillosas tecnologías que transformarán las rocas en petróleo. Veremos dentro de poco -o mucho, no sabemos- si era propaganda hueca o en esta oportunidad si tenían los pelos en la mano.

Por lo pronto, la República islámica de Irán, con el respaldo de Irak y Venezuela, solicitarán una nueva reunión de la OPEP para redefinir las cuotas de participación; porque si bien Arabia Saudí abogó en su momento por la necesidad de mantener grandes volúmenes  de producción "por el bien de la economía mundial", es hora de replantearse el rol como bloque ante las aventuras estadounidenses y de la Unión Europea que invaden países y destruyen economías sin pensar  en el bienestar de la economía de mundial ni mucho menos de los pueblos del mundo. 

Ésa es otra batalla que libra la Revolución Bolivariana.