Un día, ¡Vaya día! alguien se puso creativo.

Los invito a entrar, revisar, comentar, evaluar.
Conocer mi criterio y cuestionarlo es tu derecho. Un acto supremo de hipocresía sería prohibírselo.

Saturday, April 14, 2012

Un Golpe hace 10 años

Un Golpe Hace 10 Años



Habría querido escribir antes alguna reflexión sobre el Golpe de Abril de 2002: prolijas palabras recordando lo que sucedió en aquellas fechas, pero estaba de documentalista (Ya les paso el Link de los videos) y ustedes saben cómo es. 
Ahora, con más calma, sólo puedo decir que ya son 10 años y allí va un esbozo: mi humilde historia. 

En aquel entonces, como un poco lo soy áun,era un imberbe que apenas recién llegaba a los 23 años. ¡Cuánta ingenuidad, cuánta tontería en una cabecita (cabecita negra, dirían en el sur) que lo único que quería era hacerse un camino en la profesión!.
Tuve la fortuna, a pesar de ser provinciano, de trabajar en aquellos días en Radio Fe y Alegría. El 8 de abril había comenzado allí luego de haber estado por unos meses en la Conferencia Episcopal Venezolana, donde -puedo decirlo sin sonrojo- aprendí mucho y conocí gente fabulosa de la que guardo grandiosos recuerdos.
¿Qué hacía? lo que cualquier novato: entrevistas y encuestas de calle. Una que otra nota me sacaba de la rutina y aprovechaba los talleres de radio comunitaria que nos brindaban los productores de esa emisora: allí en La Urbina, detras del Mac Donald´s (Porque si les digo que a unos metros de Fundayacucho se pierden).
Recuerdo que justo entré a la emisora y al otro día ya estaba preguntándole a la gente en la calle sobre el paro que comenzó el 9 de abril. El 10 de abri hacía lo mismo. ¿Y el 11 de abril de 2002? Vaya bautizo en el ámbito radial. 
Me levanté muy temprano ese día, recierdo. Y cuando el Metro abrió sus puertas en la estadion "Parue del Este, (hoy Estación Miranda) eran tan impresionante el sonido y la energía que aún lo recuerdo sin poder evadir emociones (¡Verga, esto es feo, me dije).
Cubrí parte de la marcha aquella. Llegué hasta Chuao. De ahí me devolví a la radio. Siempre tuve y he tenido un dilema entre eso de ser un sabueso de la noticia o darle rienda suelta a mi sentido de la preservación. Curiosamente -por desgracia o por fortuna- siempre se impone lo segundo. 
Ya en la emisora, monté mi nota, me mantuve allí y esperé. En ese tercer piso, junto a un grupo de admirables comunicadores vi cómo se desarrollaron los hechos. Si se puede usar el lugar común de "tensa calma", creo ésta es la que mejor definía lo que sucedía en ese momento en las instalaciones de Radio Fe y Alegría.
Recuerdo que todos recibíamos los reportes, veíamos la TV y creo no mentir cuando digo que deseábamos todos que nada malo sucediera, y que la decisión de la llevar la marcha a Miraflores no desembocara en tragedia. De mi mente jamás se borrará aquello de "Gocho, esto huele a Golpe de Estado". Me lo dijo un compañero salvadoreño, con quien tenía largas conversaciones sobre las luchas del FMLN en las horas de almuerzo. Me resultaba exagerado entonces, ¡Cuánta razón tenía es hombre que vivióde chico, muy de cerca, los dolores de una guerra civil!.
Pasó lo que todos saben, esa noche logré salir de Fe y Alegría rumbo a mi casa, pernocté en casa de un primo porque la ciudad estaba trancada. Ahí, en ese pequeo edificio, quedaron los Capitanes del Barco. Yo era sólo un recién llegado y  prefirieron no tomar riesgos. Pero antes de salir de allí, sí presencié como se abrieron los micrófonos de radio Fe y Algegría y su Red Informativa Nacional al pueblo que denunciaba el Golpe de Estado y fui testigo de las amenazas de los radicales opositores a través de lamadas telefónicas.
El 12, ese infame viernes de abril, estaba muy temprano de vuelta en la radio. Tengo muy presente la expectativa que generaba lo que sucedería tras el derrocamiento de Chávez. "Sergio, hay que obtener las reacciones de las personas sobre lo que se vio anoche", me dijo mi supervisora inmediata.
Así lo hice: Junto a un chofer designado, salí al Llanito, Petare, El Marques y luego nos dirigimos hacia el Centro de Caracas a hacerme de aquellas reacciones. Puedo decir con total y absoluta propiedad que la tristeza, la melancolía, se sentía con espantosa verdad en las todas las personas. Sus ojos opacos con miradas al suelo delataban aquel despecho. Era una terrible sensación que se mezclaba con declaraciones de resignación -no voy a mentir al repecto.
Por lo que vi, pensé que todo estaba perdido. En un gesto de suprema honestidad le dije al chofer que me acompañaba: "compa, perdimos el mejor Gobierno en muchos años". -"Bueno chamo, ésa la historia de siempre", sus años le daban propiedad para afirmarlo. 
La conversación entró en un lacónico silencio hasta que vimos una de la escenas más emblemáticas que he presenciado en mi vida: Sucedió en la Plaza O´leary, en medio de un insopotable ardor en los ojos por los restos de humo de las bombas lacrimógenas, rodeado de pancartas, rocas y trozos de concreto dispersos en el asfalto y sobre la fuente. Allí camina tambaleante un indigente, descamisado, manchado no sé si de mugre o tizne, cabellos largos y desordenados,barbado él;  toma uno de los carteles, lo levanta -está al revés- se lee "¡Vete Chávez!". Lo lleva arriba de su cabeza con los brazos en alto. En medio de ese inusual silencio en El Silencio, el buen hombre grita con voz arresacada: ¡Viva Chávez!. Compartimos allí una sonrisa lastimera y cómplice. Solidaria.
Llegaría a la oficina, montaría mi noticia. A la una de la tarde sería despachado a mi casa -al otro lado de la ciudad- para no vivir el drama del día anterior, cuando nos la vimos difícil para abandonar la radio. Camino a casa, acontecería el infame Decreto de Carmona, su ridícula y espantosa autojuramentación.
El resto, ustedes lo saben: la triste resignación de aquel doce en la mañana no sería más que un parpadeo.
Hoy, 14 de abril de 2012 hace 10 años, me llevaba una agradable sorpresa y mi fatalismo recibió una merecida y gloriosa cachetada por parte de este gradioso pueblo: Nos regresaron al mejor Gobierno de la historia de Venezuela.

Lo vivimos y vencimos...
¡Viviremos y Venceremos!



No comments: