En desagravio de la memoria de
San Romero de América
Saber de la infame visita (no vi las imágenes, por fortuna, salud moral y espiritual) del Halcón Liberal Barack Obama la tumba de Monseñor Romero en San Salvador no pudo producirme más que indignación, rabia y una profunda impotencia. El Obama que desde el despacho de Dilma en Brasil ordenaba la masacre del pueblo Libio y que abogaba por la desmemoria en el Chile que jamás olvidará al Compañero Allende, llegaba al santo Lugar donde reposan los restos mortales del Obispo de los pobres pretendiendo reconciliar la esperanza y la muerte en nombre del olvido y un futuro más hediondo al imperialismo de una Nueva Alianza para el Progreso que a una nueva relación de EEUU con nuestra América.
La bala que cegó la vida de Romero tenía la firma del Dabuison Arrieta, pero tenía la inspiración y financiamiento de los EEUU y su fervorosa lucha contra la dignidad de nuestros pueblos. Para Obama -que habrá usado en el baño y no precisamente para leer "Las Venas abiertas de América Latina"- esta verdad debe ser ignorada; y no hay mejor lugar donde decirlo -aunque no con palabras, pero sí con el significado de los hechos- que la tumba de Romero.
Pero con la realidad se topa el cancerbero imperial: Y el pueblo salvadoreño, el que tiene el cielo por sombrero -ese sombrero azul al que le cantara el Cantor del Pueblo- expresó su desacuerdo con con tan terrible afrenta. Más allá de lo dicho, de lo hecho, por el fiasco Funes y ese ridículo día de asueto declarado por un Parlamento controlado por un FMLN (curiosamente desfigurado en sus principios), los salavdoreños supieron decirle al Nobel de la Guerra que el olvido no es licencia que se permite un país que sufrió los criminales embates del fascismo auspiciado por un Estado Norteamericano que nada ha hecho por castigar a los culpables de las masacres y que nada hará por reivindicarse ante la historia.
Los católicos revolucionarios somos romeristas. El legado moral y espiritual de Monseñor Óscar Arnulfo Romero jamás podrá ser tergiversado con relecturas mediocres de los progre-liberales (sociademócratas y otras especies) a lo que sucedió el 24 de marzo de 1980. La reconciliación no pasa por el olvido, pasa por la justicia, que es un clamor de los verdaderos cristianos de base.
En este sentido, nuestro compromiso es con la verdad y sirva todo recuerdo como una acto de desagravio a la pretendida humillación que significó la visita de Obama a la tumba de San Romero de América. Por eso, me sumo a la invitación que se hace el Padre Numa Molina junto a ECUVIVES, FUNDALATIN, FEDEFAM, CECOSE, ACCIÓN ECUMÉNICA, CEB, sacerdotes, pastores, pastoras, religiosos y religiosas de las zonas populares y grupos Ecuménicos al Encuentro Ecumenico "Hacia una Espiritualidad Liberadora a la Luz de la Teología de la Liberación con Motivo del Aniversario del Martirio de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.
Pero con la realidad se topa el cancerbero imperial: Y el pueblo salvadoreño, el que tiene el cielo por sombrero -ese sombrero azul al que le cantara el Cantor del Pueblo- expresó su desacuerdo con con tan terrible afrenta. Más allá de lo dicho, de lo hecho, por el fiasco Funes y ese ridículo día de asueto declarado por un Parlamento controlado por un FMLN (curiosamente desfigurado en sus principios), los salavdoreños supieron decirle al Nobel de la Guerra que el olvido no es licencia que se permite un país que sufrió los criminales embates del fascismo auspiciado por un Estado Norteamericano que nada ha hecho por castigar a los culpables de las masacres y que nada hará por reivindicarse ante la historia.
En este sentido, nuestro compromiso es con la verdad y sirva todo recuerdo como una acto de desagravio a la pretendida humillación que significó la visita de Obama a la tumba de San Romero de América. Por eso, me sumo a la invitación que se hace el Padre Numa Molina junto a ECUVIVES, FUNDALATIN, FEDEFAM, CECOSE, ACCIÓN ECUMÉNICA, CEB, sacerdotes, pastores, pastoras, religiosos y religiosas de las zonas populares y grupos Ecuménicos al Encuentro Ecumenico "Hacia una Espiritualidad Liberadora a la Luz de la Teología de la Liberación con Motivo del Aniversario del Martirio de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.
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