“Danos hoy, nuestro pan de cada día”
(Sin Gluten, por favor)
Vas a un café, un restaurante, una fiesta a una bonita velada y quieres pasar un buen rato. Quieres comer un pedazo de pastel, de tarta, un delicioso sándwich o sencillamente un trozo de pan tostado con mantequilla. Deseas disfrutar el placer de una buena merengada o una malteada y -¿Por qué no?- Libar un delicioso fermento de cebada. Pero algo te detiene. No es el dinero ni es cuestión de tiempo.
¿Qué puede detenerte? Parece no haber nada, pero que el hecho de darte un gusto te produzca tanto pánico como si estuvieras en medio de un accidente nuclear, no es casual. Que no te atreves ni a pensar en llevarte un trozo de pan a tu boca –ni la ostia consagrada- porque de seguro tu cuerpo te pasará factura.
Una factura que te llega a cuenta de un mal negocio llamado celiaquía. Sí: celiaquía, condición celiaca, enfermedad de Gee o intolerancia al Gluten. No otra cosa que hipersensibilidad al Gluten. Ésa es la vida del celiaco.
El celiaco –quien padece de esta condición tildada erróneamente de alergia en algunos círculos- sabe que no hay cura, ni paliativo farmacológico para su intolerancia. Está claro que sólo una vida totalmente libre de Gluten puede ayudarlo a llevar una vida plena.
La hipersensibilidad, es una condición autoinmune, conduce al aumento exacerbado de los anticuerpos que atacan al intestino delgado ante la presencia del Gluten en el sistema digestivo, provocando un daño sustancial en la mucosa intestinal, lo que significa no otra cosa que la supresión parcial o absoluta de la capacidad de absorción acarreando –por ende- graves problemas de malnutrición.
Se manifiesta clínicamente en un evidente deterioro de la calidad de vida del celiaco, entre lo que se cuenta en fuertes crisis diarréicas o largos periodos de doloroso estreñimiento, anemia, fatiga, distensión abdominal, fuertes dolores de cabeza y el desarrollo de enfermedades concomitantes como: Tiroides, Artritis reumatoidea, dermatitis herpetiforme, epilepsia, lupus y –en casos graves, diagnosticados tardíamente- linfomas.
Pero, ¿Qué es Gluten? Es una proteína –prolamina- que le da firmeza a las espigas de los cereales más consumidos por la sociedad Occidental: El Trigo, la Avena, la Cebada y el Centeno (TACC).
Pero llevar la dieta libre del mismo es –si no imposible- muy difícil, pues no sólo evitando este tipo de alimentos puede verse libre de cualquier consecuencia lamentable, ya que el Gluten se halla escondido, mezclado entre otros miles de alimentos procesados. Sin mencionar que puede hallarse camuflado –oculto- en algunos alimentos a través de la contaminación cruzada, cuando no se tiene cuidado en la preparación de los mismos.
La trasgresión de la dieta libre de gluten –o Gluten Free- conduce a concomitantes crisis (y hasta ahora sólo te he contado la parte amable de este drama que va más allá de un estilo de vida). El celiaco sin diagnóstico y tratamiento puede experimentar las llamadas “crisis celiacas”, episodios diarreicos y de descompensación que en la mayoría de los casos los llevan a ser hospitalizados para ser rehidratados y sometidos en algunos casos a dosis de corticoides.
No podemos dejar de notar que el celiaco, de acuerdo con algunas investigaciones, al llevar una dieta libre de gluten deja de consumir el elemento que estimula la generación del anticuerpo antigliadina, que –si bien es el que le daña- también es quien le ayuda a enfrentar los ataques de algunas bacterias, por lo que es muy frecuente la aparición de infecciones intestinales con sus consecuentes cuadros de enterocolitis.
Ahora bien, uno de cada veinte personas diagnosticadas presentan una forma de la condición celiaca donde los síntomas no remiten con el régimen o dieta libre de gluten: es la Celiaquía refractaria.
En esta manifestación de la celiaquía –que incluso podría llegar a tres de cada diez diagnosticados- el afectado puede desarrollar formas graves de malnutrición e incluso linfomas intestinales. Amén de las terribles y conocidas consecuencias de los agresivos tratamientos paliativos con corticoides.
En Venezuela el diagnóstico de la hipersensibilidad a las prolaminas se halla en un evidente limbo. Incluso entre el gremio médico el grado de desconocimiento alcanza niveles alarmantes cuando en el común de la sociedad es algo desalentador. Curiosamente, sólo una prueba de sangre (que mide el valor de la Transglutaminasa Sérica) puede determinar la presencia de esta condición en el paciente, la cual se comprueba con una sencilla biopsia intestinal.
Por eso urge la difusión de todo tipo de información sobre este padecimiento: para que no sólo sea conocida y diagnosticada oportunamente, sino para que se propicien espacios (restaurantes, cafés, comedores, cafetines, …) para el pleno desenvolvimiento de los celiacos.
En este sentido, se hace imperioso que la Asamblea Nacional –siguiendo el ejemplo de los Congresos de Argentina y Brasil, sin irnos tan lejos- conozca del caso para poder impulsar mecanismos legales que impulsen, junto a políticas concretas del Ejecutivo Nacional, la regulación del diagnóstico temprano de la enfermedad y el control de los alimentos con su respectivo etiquetado para garantizar una mejor y digna calidad de vida de estos pacientes, que no somos pocos en Venezuela.
2 comments:
Sergio, qué terrible! No me imaginé nunca una cosa así. Te apoyo en esa campaña, camarada, dime cómo ayudar. Debe ser duro eso, amigo...Un gran abrazo
L.
Hola amigo, mira lo que encontre en una publicacion ( creo venezolana)
Gracias por leerlo.
+++bssss
TÓPICOS SOBRE LA SALUD: Lista alimentos sin gluten
alertasalimentarias.blogspot.com
la cosa es seria eh ????
Post a Comment